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DINOSAR y su estudio de campo en Colombia

Posted on julio 23, 2024

La industria de la caña de azúcar en cifras

La industria azucarera en Colombia (IAC) se concentra en la región occidental del país, en un valle interandino situado a una altitud de 1.000 metros sobre el nivel del mar. Ocupa una superficie de 244.000 hectáreas, con 2.750 cultivadores de caña y 12 ingenios azucareros. Cuenta con 6 destilerías para producir bioetanol, 15 plantas de cogeneración y un centro de investigación reconocido mundialmente. En 2023, proporcionó empleo a 286.000 personas, alcanzó una producción de 428 millones de litros de bioetanol, generó 1.607.812 MWh, produjo 2,2 millones de toneladas de azúcar y 6,4 millones de toneladas de bagazo destinadas a la cogeneración y a la producción de papel.

El IAC tiene una tradición de más de 100 años durante los cuales se ha consolidado como uno de los principales clusters productivos del país donde confluyen todos los factores necesarios para la formación de un cluster agrícola: cultivos, fábricas, organizaciones de comercialización, industrias procesadoras de azúcar, industria metalmecánica que apoya y satisface las necesidades de la región, un centro de investigación y universidades que forman técnicos en diversas disciplinas que demanda la industria azucarera. Este cluster representa el 2,5% del PIB agrícola colombiano y el 0,6% del total.

Panorama de las repercusiones de la IAC en el territorio

A lo largo de su larga historia evolutiva, la IAC se ha caracterizado por generar desarrollo y bienestar en las diferentes subregiones donde se encuentra ubicada; esto ha permitido que las zonas de influencia directa e indirecta (regiones dentro de la misma área geográfica pero que no cultivan caña de azúcar) tengan un desarrollo social y económico superior al de otras regiones agrícolas de Colombia.

En colaboración con la autoridad ambiental de la región (CVC), durante más de 30 años se han realizado ajustes tanto en el manejo de los cultivos como en los procesos de las fábricas para lograr un proceso de producción más amigable con el medio ambiente. Todas las fábricas tienen controles estrictos de emisiones atmosféricas, control de efluentes y bajo consumo de agua en los procesos de fabricación. Del mismo modo, las prácticas de campo se centran en la conservación del suelo y el agua. Se están introduciendo mejoras para el uso eficiente del agua de riego, aumentando cada año la superficie de cultivo mediante sistemas de aplicación de agua altamente eficientes; esto ha permitido reducir el consumo de agua en más de 1.000 m3 por evento de riego. Además, se está apoyando la conservación de las cuencas hidrográficas que abastecen de agua al IAC.

La gestión de la producción agroindustrial se ha perfeccionado bajo los conceptos de la economía circular, con el objetivo de alcanzar el residuo cero. Los molinos con destilerías utilizan eficazmente la vinaza compostándola con torta de filtración para aplicarla después a los campos, manteniendo la fertilidad del suelo y reduciendo el uso de fertilizantes químicos. Los que no tienen destilerías aplican la torta de filtración al suelo para devolver los nutrientes extraídos de los campos. Desde hace varios años, se ha restringido el uso de la quema para la cosecha de caña de azúcar y, actualmente, entre el 70% y el 80% se cosecha en verde, facilitado por el aumento de la cosecha mecánica; más del 70% de la caña de azúcar se cosecha con máquinas. Esta importante evolución ha permitido dejar en los campos una gran cantidad de residuos orgánicos que, tras su descomposición, contribuyen a la conservación del suelo y a la recuperación de la fertilidad.

Utilización del algoritmo DINOSAR para conocer mejor las necesidades de los cultivos

Considerando la ubicación geográfica de la IAC, al estar en una zona tropical, las condiciones ambientales son altamente propicias para el crecimiento de la caña de azúcar; a lo largo del año, las temperaturas, la radiación y la humedad, combinadas con la fertilidad del suelo, permiten una alta acumulación de biomasa durante el ciclo del cultivo. Esta condición hace que la IAC tenga la mayor productividad tanto de caña molible como de azúcar por hectárea en el mundo. Ampliando el alcance de la caracterización de la productividad de la IAC se concluye que esta región tiene la mayor tasa de acumulación de biomasa, destacando la importancia estratégica de medirla con precisión. Los actuales métodos de seguimiento óptico por satélite basados en índices de vegetación son limitados para cuantificar el crecimiento de los cultivos, especialmente en una zona de alta nubosidad que no proporciona información continua y de calidad. La combinación de información procedente de satélites ópticos y radar es una alternativa adecuada para medir el comportamiento de la biomasa de los cultivos. La acumulación de biomasa bajo la influencia del IAC alcanza hasta 65 toneladas de materia seca a lo largo de un ciclo de cultivo de 12 meses, lo que equivale a más de 200 toneladas por hectárea en material fresco. De este material, entre 30 y 50 toneladas son residuos depositados en el suelo con un alto contenido en carbono, lo que conlleva una elevada tasa de fijación de CO2.


DINOSAR y la plataforma FieldLook

El proyecto DINOSAR se complace en colaborar con empresas innovadoras que trabajan en aplicaciones agrícolas inteligentes. Nuestro socio eLEAF, especializado en el suministro de datos y servicios por satélite para... Ver Artículo